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lunes, 4 de mayo de 2020

DOS RESEÑAS MÁS EMITIDAS EN RADIO ALFAGUARA EN ABRIL





JIMÉNEZ-BARBERO, José Antonio. El niño que no quiso llorar. Murcia: Ediciones Dokusou, 2015 (222 páginas).


Dokusou Ediciones nos trae una historia de violencia y venganzas, de castigos y de justicia, de autoestima… El niño que no quiso llorar, de José Antonio Jiménez-Barbero, se desarrolla en Alcantarilla, municipio de la Región de Murcia. En el único colegio concertado de la localidad, la convivencia resulta difícil para Santiago, cuando uno de sus compañeros y su camarilla de simpatizantes, empieza a urdir en torno a él todo un plan malévolo para acabar con el chico. Insultos, golpes, humillaciones, vejaciones, acoso por las redes sociales van llenando cada rincón de la mente de Santiago.

La vida de este encuentra un inesperado aliciente cuando aparece una nueva compañera de clase: Lucía. Pero esta tampoco podrá evitar la violencia que sobre ella se cierne, por las envidias de otra alumna conflictiva: Susana. Este hecho despierta en Santiago un ardiente e incontrolable sentimiento de culpa y de represalia que se cobrará algunas víctimas, teniendo sus consecuencias legales.

Admirablemente conducida por el autor con dos partes diferenciadas (“Descenso” y “Expiación”), cada capítulo está interconectado con la visión que de los hechos tienen los distintos personajes. Así, en ciertas ocasiones, el lector podrá empatizar con personajes que son víctimas de su educación y de sus circunstancias, como con otros que lo son de su familia y de su errónea toma de decisiones.

Todo un mapa de sentimientos humanos cruzan a lo largo de El niño que no quiso llorar: la frustración, el machismo, el resentimiento y el odio frente al sentido de justicia, la amistad y el sentido del deber cumplido.

La experiencia académica y profesional de su autor, José Antonio Jiménez-Barbero, como agente de policía, enfermero y profesor universitario, le permite afrontar a este con mucha inteligencia en la estructura y con mucha habilidad estilística una historia en la que están representados todos los perfiles posibles en un caso de bullying: el acosador, el acosado, los testigos, las familias, las instituciones y los centros educativos.

Emitido en el programa Ser lectores nos hace mejores de Radio Alfaguara el 15 de abril de 2020






BERROCAL, Beatriz. Marioneta. 4ª ed. Valencia: Editorial Algar, 2019 (111 páginas).

La Editorial Algar, en su colección “Algar joven”, nos da la oportunidad de nuevo de sensibilizarnos ante el siempre inquietante tema del acoso escolar con la novela titulada Marioneta, de Beatriz Berrocal.

¿Qué sentirías si tus amigas se pasan de bando? ¿Si cada jornada lectiva cuatro compañeros te aguardan para descargar sobre ti toda su maldad y odio? ¿Y si esa obsesión se traslada hasta tu misma casa o cuando sales un fin de semana a pasártelo bien a un pub con la única amiga que tienes? ¿Y si un monstruo cada vez más grande, llamado miedo, pánico o terror, se apodera de ti?

El maltrato físico y psíquico que sufre Alma, protagonista de Marioneta, la conduce a todo un cúmulo de contrariedades sobre su persona porque al mismo tiempo que no hace frente a sus acosadores tampoco busca ayuda porque cree que los demás, sobre todo su familia, ya tiene bastantes preocupaciones con el día a día de la responsabilidad del hogar.

Solo la amenaza que los hostigadores ciernen sobre la hermana de Alma hace despertar en esta el instinto de protección y es cuando da el paso de hablar con los padres y poner una denuncia. Pero vuelven a aparecer numerosos contratiempos que la envuelven en una nueva nebulosa, sobre todo por la decepción hacia sus compañeros más leales, por la inoperancia del centro educativo, por la cobardía de un abogado, por la desesperante lentitud de la burocracia.
Y de nuevo la comunicación y la confianza de los padres; e igualmente la solidaridad, la responsabilidad y la empatía, en este caso, de una profesora permiten a la protagonista afrontar la realidad con fuerza y valentía.
Marioneta nos deja al final un mensaje alentador:

Por muy abajo que se llegue, por hundida que se pueda encontrar una persona, por más que se crea que se ha tocado fondo, siempre se puede salir, siempre se está a tiempo de cortar los hilos de la marioneta en la que te convierten, para empezar a moverse otra vez por uno mismo.
La recuperación es lenta, pero… ¿quién dijo prisa?



Emitido en el programa Ser lectores nos hace mejores de Radio Alfaguara el 22 de abril de 2020


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